¿Por qué la gente sigue dispuesta a votar por un partido corrupto?
La gestión de Castañeda fue no sólo mediocre sino también corrupta pero no les importa
Ya en la recta final, pregunto a mis amigos y compañeros de trabajo, como un sondeo personal, ¿por quién votarán en estas elecciones municipales?, y tristemente muchos de ellos responden por Luis Castañeda Lossio.
Saben que la gestión de Castañeda fue no sólo mediocre sino también corrupta pero no les importa. Probablemente Castañeda sea el político menos transparente que está postulando por la alcaldía de Lima, tiene más del 50% de intención de voto, lo cual hace el total de los votos de sus adversarios.
¿Qué nos ha pasado?, ¿Por qué la gente sigue dispuesta a votar por un partido corrupto? ¿Por qué no reaccionamos enérgicamente ante la corrupción? ¿Acaso buscamos un padrino tipo Corleone que nos mantenga seguro, mientras hace de las suyas?
Los resultados de una encuesta web indican un porcentaje de 31,25% a la alternativa: “Porque la sociedad es intrínsecamente corrupta, no tenemos remedio”.
Pero Bo Rothstein, catedrático de ciencias políticas en la Universidad de Gotemburgo rechaza la extendida idea que dice que la corrupción es algo cultural y, por lo tanto, difícil de ser erradicado. Para Rothstein, “todas las sociedades gozan de una idea universal de lo que es la corrupción, que aparece cuando aquellos en los que se ha depositado la confianza para manejar los bienes públicos aprovechan estos de forma privada”.
Lo preocupante es el porcentaje que alcanza la opción siguiente: “Porque piensan que va a beneficiarse de ello de alguna manera” que le da un 34,38%.
La explicación puede darse en el sentido que la corrupción es altamente contagiosa, genera un círculo vicioso del que es difícil salir. De alguna forma sienten que se han beneficiado en algún momento. La consecuencia de esta aceptación tácita, ya lo conocemos, es la sorprendente reelección de políticos cuya corrupción ha sido ampliamente demostrada. Y lo más grave es que suele “conducir a gente poco cualificada a puestos importantes”, lo que puede tener graves consecuencias en la población.
Naturalmente, caben mayores explicaciones. Pero una cosa sé, no podemos desvalorizarnos, tenemos que ser responsables y auto-respetarnos. Aunque nos hagan creer que todos roban, que no hay personas rectas o que no hay de donde sacarlas. Como sociedad civilizada debemos aspirar a líderes que los podemos respetar para dejarnos gobernar.